En la historia de la humanidad ha habido, en todas las épocas, experimentos colectivizadores de parte de la actividad de las personas, lo que parece lógico y evidente, dadas las ventajas que de estas ideas se desprenden.
Los que más me llamaron siempre la atención fueron los kibutz, en Israel, allá por los inicios del siglo XX, por su carácter socializador y pragmático. Llegado al mundo del cohousing, supe que el origen parecía ser Dinamarca, en el año 1972 Saettedammen aparece como el primero, el origen del cohousing en el mundo, y así lo he creído hasta estos días en que conocí Vidalinda.
VIDALINDA Es un cohousing funcionando en Buenos Aires (Argentina) desde diciembre del 1970, quizás los pioneros en Argentina y quizás en todo el mundo, propiedad de la mutualidad Vidalinda, sin ánimo de lucro, funciona como viviendas en cesión de uso, autogestionado pero con el soporte necesario.
Una mutualidad (también, mutua o mutual) es una entidad sin ánimo de lucro constituida bajo los principios de la solidaridad y la ayuda mutua en las que unas personas se unen voluntariamente para tener acceso a unos servicios basados en la confianza y la reciprocidad,… se parece bastante a una cooperativa, no?
Dos matrimonios judíos armaron esta comunidad en tres años; inicialmente era para la comunidad judía aunque ahora está abierto a cualquier persona mayor de 55 años y su funcionamiento es exactamente el de un cohousing.
Hemos conectado con Sandra Borenstein, coordinadora del Área Cultural y Social, y hemos entablado amistad con ellos; Vamos a estar en contacto, establecer lazos de colaboración y experiencias, lo que va a ser de gran ayuda par ambos y así comenzamos a tejer una red de amigos por el mundo.
Os invitamos a visitar su página y a ver como todo lo que queremos hacer y vivir, ya estos pioneros lo hicieron hace 52 años. Ah, y siempre fueron inclusivos. Un fuerte abrazo de amistad para nuestros amigos de Vidalinda.