Cuando comienzas un proyecto de cohousing, sobre todo al hacerlo en forma de cooperativa en cesión de uso, estás emprendiendo algo nuevo pero piensas que, si otros antes lo lograron y aunque no sea fácil, tu también lo harás. Pronto descubres cuales son las piedras angulares y los grandes obstáculos: COMUNIDAD, SUELO Y FINANCIACIÓN.
También piensas que el mundo se mueve, y que al igual que tu has llegado al Cohousing en un momento determinado, como muchas otras personas, por una causalidad manifiesta, también la Administración y la Banca llegarán, saldrán nuevas leyes y dejarás de ser pionero, o sea que poco a poco todo irá siendo más fácil.
Hace unos dos años, desde Brisas Canarias, comenzamos a buscar alternativas de financiación, y fuimos descubriendo que era complicado, por no decir imposible.
La banca tradicional nos descartaba sin siquiera escucharnos, la palabras cooperativa y auto-promoción eran para ellos excluyentes; Nos mandaban a la “Banca Ética”, pero la misma, aún estando o pareciendo estar, en modo más receptivo, acababa en el consabido “Lo pasamos al Departamento de Riesgos”, y ellos deciden. Una especie de oficina fantasma, sin rostro ni nombre, dirigida por un protocolo donde la palabra “social” es un peligro, son los que deciden.
Este mundo de la financiación todavía no ha aceptado a las cooperativas, siguen evaluando el riesgo analizando a las personas por su edad y por su capacidad económica de forma individual. Uno en su momento piensa que, después de todo, su negocio es prestar, y que el hecho de la edad no debe ser un factor de esta ecuación ya que cuando yo no esté, otra persona ocupará mi lugar. Al constituirnos en forma de cooperativa en cesión de uso, lejos de la especulación, sujetos solo al IPC para actualizar precios, cada vez va a ser más goloso entrar en nuestro proyecto; habrá lista de espera, y el pago de las cuotas del préstamo está garantizado. Entonces, si a ello unimos unas viviendas con la mejor relación calidad precio posible ya que en estos proyectos no hay intermediarios ni lucro, un suelo ya comprado, un proyecto básico visado y una licencia de obra, el riesgo es muy bajo a ojos vista. Si además se trata de casas de estructura de madera que se construyen en fábrica, sin sorpresas, y se ensamblan en su lugar definitivo de manera rápida, desaparecen muchas de las incertidumbres de la obra. El riesgo de que la obra no se termine es muy bajo, ya se dispone de las personas que van a vivir, y a pagar su cuota de uso, y las cuotas resultantes están a la altura de alquileres sociales. ¿Donde está el riesgo? Solo queda que el grupo disponga del monto inicial que no suele querer asumir el banco, y algún imponderable como una explosión volcánica que puedan dar al traste con todo.
En nuestro caso, la existencia de ayudas por parte del Gobierno Canario pone de relieve que confía y apoya nuestro proyecto, y por otro lado si es un problema de aval o de un seguro mientras dura la obra y la propiedad pasa a ser hipotecable, se puede asumir.
No debería existir ninguna pega para la financiación, salvo que hablamos de algo demasiado nuevo, y de unos protocolos de evaluación de riesgo alejados de esta novedosa opción de acceso a la vivienda.
Esto encontramos hace dos años, pero nuestra última opción no nos descartó por completo, e insinuó que si llegaban las ayudas de las que hablábamos, la viabilidad de la operación sería posible. Por eso seguimos trabajando y apostando por el proyecto, que además tiene una gran dimensión social, y que consideramos es pionero en el ámbito de los cuidados, de la auto-gestión de nuestras vidas en ya nuestras últimas etapas, y que pretende ser un referente en España.
Quiero poner de relieve que este era un problema común en todo el Estado, que los proyectos que lo han logrado tenían un componente humano con dinero por parte de todos sus componentes.
Este artículo es del año 2021,.. pero al habla hoy mismo con la cooperativa están exactamente en el mismo pantano dos años después. Por el camino socios que se marchan por cansancio y una brutal pérdida de energía.
Volvemos entonces al presente, a nuestro proyecto BRISAS CANARIAS.
La comunidad está constituida, tenemos ayuda en forma de subvenciones, esperamos alguna más, dado el bajo nivel económico de nuestros miembros, pero a la hora de la financiación, al parecer, la entidad que apuntaba a poder financiarnos anda desaparecida., eludiéndonos, dejando pasar el tiempo sin ofrecernos un compromiso.
Bien, han pasado dos años, quizás otras entidades, y dado el auge que está tomando y tomará la economía social, hayan modificado su política.