Hoy me han comentado la dificultad de poner suelo público a disposición de proyectos como el nuestro, y esto me lleva a una reflexión. Prefiero pedir perdón que pedir permiso, sobre todo si el tiempo apremia. Aquí la comparto.
Hay demasiados indicios presentes como para que se nos escape que estamos asistiendo a un cambio de época. Hay demasiadas cosas que ver y sobre las que hablar, pero si algo reflejan en común todas ellas es la incertidumbre sobre nuestras vidas, y no hablamos ya de un futuro lejano, sino del presente.
Todo el Planeta, todas las sociedades, la nuestra también, están afectadas y deben involucrarse en afrontar los cambios para la defensa de la calidad de vida, y de la vida misma en muchos casos.
Muchas son las partes de la ecuación, empezando por el nombre; SOSTENIBILIDAD es quizás el más adecuado.
Hoy quiero hablar de la vivienda, una de esas partes, una de las más importantes, ya que es en definitiva el hogar donde vivir, la base de la vida y desarrollo de las familias, y por extensión de la sociedad.
Se necesita un nuevo modelo de acceso a la vivienda, a la vez que un nuevo modelo de vivienda. Quizás el que toda la Humanidad viva en casas de hormigón y hierro como las que tenemos ahora la parte “desarrollada” del Planeta no es sostenible,.. de pronto debemos desprogramar ese anhelo que nos metieron en la cabeza y debemos darnos cuenta de que no es ni posible ni necesario.
La situación requiere optimizar recursos, optimizar el uso del suelo, el uso de los equipamientos, el uso de los servicios, el uso de los cuidados; necesitamos un desarrollo sostenible pero con calidad que facilite la convivencia y la cohesión social.
Muchos vemos en el Cohousing en cesión de uso el nuevo modelo que necesitamos; como ya hemos analizado en estas páginas, colabora en todos los objetivos de desarrollo sostenible ODS2030, es la forma más económica de acceso a la vivienda, ayuda, por definición, a mantener el precio del mercado de la vivienda y del alquiler, y en su aspecto cooperativo es un instrumento de cohesión social, ayudando a la consecución de los objetivos sociales desde la iniciativa solidaria y no desde el ánimo de lucro.
Apostar por esta nueva fórmula, digo nueva por serlo para la mayor parte de la gente, es apostar necesariamente por la colaboración público privada. Esta es una fórmula que lleva funcionando y evolucionando más de cincuenta años al menos en la modalidad que se ha venido a acuñar como Cohousing (Acrónimo de Colaborative HOUSING) Vivienda colaborativa en castellano, y en la que podemos encontrar desde financiación solo privada, hasta modelos mixtos en distintas fórmulas.
Los nuevos tiempos, de carestía, de descontrol de los precios, han llevado a precario el acceso a la vivienda, ya sea comprada o alquilada. Cada vez es más difícil el acceso; la vivienda se ha convertido en un bien especulativo, y se ha vuelto inalcanzable para buena parte de la sociedad que entra en desconexión y caída libre, llevándonos lejos de la cohesión social necesaria para una vida plena y feliz, porque, no nos olvidemos, vivimos en sociedad.
Muchas personas ven el COHOUSING como algo para viejos. Lo es, pero no es sólo para viejos.
Muchas personas lo ven como para ricos,.. lo que hay que hacer son viviendas sociales !! gritan.
Pero, ¿es que el cohousing no es una forma de vivienda social?
Solar de titularidad pública es igual en ambos casos.
El proyecto arquitectónico puede ser el mismo.
El coste de construcción es más bajo en el cohousing pues se trata de Autopromoción, luego en el peor de los casos es un 20% más barato (margen real de la Promotora)
En ambos casos se paga una cuota equivalente al pago de una hipoteca blanda , por largo tiempo.
Al final, en el caso de lo que venimos a llamar viviendas sociales, la vivienda es en propiedad lo que permite especular con ella y desaparece su carácter social. En el caso del Cohousing la cooperativa sigue manteniendo el carácter social inicial. Creo que queda más claro, no?
En cualquier caso, construir en un suelo público en cesión de uso permite que ese suelo siga siendo de todos, de propiedad pública, y permite recuperarlo si al final de la cesión no se fuera a mantener el carácter social de las viviendas, si la cooperativa así lo decidiera, imposibilitando la especulación.
A los que nos dicen que lo que hay que hacer es más plazas de residencias, les diría que una cosa, hoy por hoy, no quita la otra, pero que el futuro no es el hacinamiento, al menos no el que queremos, que la mayor parte de las personas quieren envejecer en su casa, y que el modelo cohousing como vivienda permite envejecer y morir en casa y a la vez optimiza los recursos. También les diría que la autogestión es por definición la mejor fórmula de gestión; ¿Quién mejor que yo sabe lo que necesito? Así, que sí, se requiere aún avanzar en varios modelos, algunos obsoletos, pero con el objetivo del futuro mejor y más sostenible.
Como fórmula de colaboración, a nivel personal, a mi me gusta una fórmula institucional, la participación permanente del Ayuntamiento dentro de la Cooperativa, como un miembro más, incluso con derecho de veto si se trata de cambiar los estatutos y el acuerdo marco que facilita esta participación. Es una fórmula a largo plazo. Ambos, la cooperativa y el Ayuntamiento están financiando la obra, aparte, según los ingresos y estado de las unidades de convivencia familiares, pueden haber subvenciones individuales; también ambos colaboran en la gestión, siendo el Ayuntamiento el garante del objetivo de bien común del Proyecto.
Las personas que vivan en estas comunidades no van a necesitar plazas de residencia, no van a necesitar centros de dia, y en definitiva le van a salir más baratas a la administración, .. entonces, por qué no ceder solares públicos, (no digo regalar) para su ejecución? Hay que poner en blanco sobre negro el carácter dotacional de estas iniciativas, que además van a generar trabajo y ayudan a la cohesión social del municipio.